A media máquina, el Madrid está con un pie en cuartos.

El Real Madrid ha logrado dominar la bestia negra del pasado, al haber salido airoso en su encuentro en la arena AUF Schalke en la ciudad alemana de Gelsenkirchen donde se llevó a cabo uno de los partidos de los octavos de final de la UEFA Champions League. En la época en donde jugaba Fernando Hierro, el asistente de Carlo Ancelotti, sufrió más de una vez resultados negativos ante los azules pero la historia ha cambiado con los partidos que se han gestado entre la pasada y esta temporada.

La pasada edición de la copa de campeones el Real Madrid limpió el piso con el Schalke al haberlo aplastado por 1-6, ciertamente los blancos necesitaban un resultado positivo pero sabían que no iba a ser tan abultado esta vez; los españoles se encontraron con un bloque de cinco defensas armados por Roberto Di Matteo, técnico del conjunto alemán, haciéndosela más difícil a los merengues por el volumen de rivales que encontraría la BBC para penetrar el área rival.

Pero Di Matteo no pudo contrarrestar ofensivamente el partido pues al minuto 33 pierden a su atacante y referente Klaas Jan Huntelaar que ya se sumaban a perdidas como Obasi, Draxler, Farfán, Goretzka, Faehrmann (su portero titular) y Kolasinac. Con este hecho el ganes Prince Boateng prácticamente quedó solo para poder dar la campanada ante el campeón defensor de esta competencia.

La historia pudo haberse tornado más negra de lo usual pero el aletargamiento, la lentitud o el cansancio del mediocampo impidieron que este partido terminara más abierto de lo común, los merengues comienzan ganando el encuentro después de una penetración de Carvajal que saca un centro con el pie izquierdo y Cristiano logra cabecear el centro sin marca para callar un poco las bocas que alegaban una desmejoría del funcionamiento deportivo del luso.

Después de tanto del portugués en el minuto 26 del primer tiempo hubo poco más que agregar, pues Rafael Varane despejó todo lo que encontró en el área para una presentación bastante aceptable y prolija. El mediocampo merengue empezó a estorbarse más de la cuenta debido al debut del brasileño Lucas Silva quien tuvo que adaptarse al mando del alemán Kross para poder definir las zonas defensivas para el orden táctico del guión escrito de Carlo Ancelotti.

El segundo tiempo, fue mucho más lento que el primero ya que los españoles le entregaron el balón a los germánicos que no supieron darle movilidad, vértigo, velocidad y fluidez a un balón que rebotaba por el césped sin tener un destino claro. Sólo dos oportunidades, una de cada equipo, hicieron despertar al aficionado en este periodo; la primera en el minuto 71 cuando Uchida por fin salió a atacar y desbordó por la derecha bajandole el balón Platte después de haber recibido un centro de Boateng pero el juvenil destruyó la posibilidad del empate cuando el balón terminó siendo estrellado por el travesaño.

A pesar de lo cómodo que se sentía el Real Madrid con el resultado, Cristiano quiso divertirse un poco al tratar de driblar a unos oponentes mientras atacaba y le sirve el balón a Marcelo que venía por detrás, el brasileño cruza hacia el medio y saca un latigazo con su pierna derecha, su menos hábil, para el 0-2 que sería definitivo. Un tanto que se pareció mucho al derechazo que había marcado Phillip Lahm contra Costa Rica en el mundial de Alemania 2006 en el Allianz Arena.

Con este resultado el Real Madrid puede estar tranquilo esperando su próximo desafío en cuartos dado a la suma dificultad que tendrán los alemanes para repostar esta eliminatoria y así los merengues pueden concentrarse más en el próximo partido de liga que se llevará a cabo el domingo contra el Elche.

Mario González