Máximo terror en Kenia luego de los atentados.

El grupo yihadista de Somalia llamado Al-Shabab, que tiene vínculos con Al Qaeda, es el máximo responsable de muchos ataques terroristas perpetrados en varios países del continente africano. El día 2 de abril del 2015 se cometió uno de los más sangrientos y repudiables quizás de las últimas décadas. Este conjunto criminal ingresó en la universidad de Garissa, en Kenia, y asesinó aproximadamente a 147 personas, dejando libre sólo a aquellos profesores, personal y alumnos que fueran musulmanes.

Según declararon, la principal razón por la cual cometieron este terrible crimen fue que la universidad estaba catalogada como una tierra musulmana "colonizada por no musulmanes". Un portavoz del mismo grupo terrorista alegó que la misión había sido cumplida ya que su propósito era matar a todos los que estaban en contra del equipo. 

A su vez, aclaró la información comentada anteriormente acerca de la liberación de los musulmanes presentes y celebró el asesinato de los cristianos. Mohamed Kuno, mejor conocido como "Dulyadin", era profesor de la universidad y fue el responsable intelectual del ataque, según el gobierno de Kenia.

Sin embargo, no es la primera vez que sucede algo así en manos de esta organización. El 21 de septiembre del año 2013 secuestraron y asesinaron a 67 personas en el centro comercial Westgate, dejando además una cantidad de entre 175 a 200 civiles heridos. 

Utilizando un "modus operandi" bastante común en sus ataques, obligaron a las personas presentes a recitar versos del Corán para así distinguir quienes tenían la condición de musulmanes, y procedieron a asesinar a aquellos que mostraban desconocimiento de la palabra.

Estas lamentables masacres son las más conocidas de este grupo terrorista; pero sin duda tienen un sin fin de operaciones de este calibre que generan terror al sólo ver el numero de fatalidades. Y es que los miembros pertenecientes a esta causa violenta lanzaron un alarmante mensaje a la población de Kenia: "no hay medidas de seguridad o precauciones que sean capaces de garantizar su seguridad, detener otro ataque ni mucho menos prevenir otro baño de sangre".

Esto podría generar una situación de crisis social en el país ya que se ha demostrado en múltiples ocasiones de lo que estos terroristas son capaces de hacer, y no importa cuanto tiempo pase luego de esto, el horror seguirá circulando por los alrededores de la universidad y las calles de Kenia si no se actúa al respecto.

Como reflexión final, es increíble que el extremismo religioso siga haciendo daño al mundo en la actualidad, donde se supone que nuestras consciencias deberían estar por encima de eso, teniendo en cuenta todo lo que nos rodea. 

El ejemplo más reciente de esta ignorancia global fue el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en Francia, que a pesar de no haber sido perpetrado por Al-Shabab, sigue siendo alarmante que por su mismo radicalismo y fanatismo religioso quieran cobrar vidas inocentes y violen la libertad de expresión que tiene cada ser humano al momento de ya sea realizar comentarios, críticas e incluso usar el humor para cualquier causa. 

Otro detalle que se ignora y que no deja de ser importante, es que estos casos deberían de ser observados y atendidos de la misma manera que si ocurrieran en cualquier otra nación. Es muy triste pensar que al no ser Kenia un país tan comercial o popular como Francia, no lleve la misma atención mediática sabiendo que el incidente fue considerablemente mayor. 

Si esto ocurriera en los Estados Unidos, habría una inundación de material referido al tema. La repercusión en los medios de comunicación sería de proporciones bíblicas. Los del oriente también son humanos e iguales que nosotros. No merecen menor atención que los de la cuadra de arriba.

Se espera que la situación en Kenia pueda tener el mejor desenlace posible y desde aquí queremos desear paz a las víctimas y a los familiares afectados.

Miguelangel González y Lizandro Rodríguez.