La ciega compasión embarga a los Oscars.

                  
Como bien sabemos, los premios Oscars desde su creación han sido los galardones más populares de la industria cinematográfica en los Estados Unidos, que es, asimismo, la industria más importante del cine en el mundo.


Visto como un todo, también es un reconocimiento a trabajos espléndidos realizados por artistas americanos y extranjeros durante un año de vida útil. No es para menos, que ciertos sectores y congregaciones se sientan ansiosos de ver a sus cosechas triunfar aquí.

Existe últimamente una queja que asocia a toda una comunidad que cada vez es más poderosa en la sociedad americana, como lo es la gente de color. Esta crítica se traduce a que consideran que hay poca atención, o inclusive exclusión de su raza en estos premios, y así lo ha hecho ver la actriz Jada Pinkett Smith, conocida por su papel en Gotham, con estas declaraciones:

                        
A este relevante llamado se le suma la posición un poco más agresiva de Spike Lee, quien anunció que estaba pensando en boicotear la próxima edición, ya que no hay nominados de color. Acto seguido, ella se sumó al posible futuro sabotaje. En los últimos años, los actores blancos han dominado absolutamente las nominaciones.

Esto tuvo una respuesta por parte de la presidenta de los premios, Cheryl Bone Isaacs, quién ha trabajado por la inclusión de todo tipo desde que llegó a su cargo. Esta afirmó que los cambios no han llegado, pero que están en camino.

A continuación, su declaración oficial:
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Personalmente, considero que todo este asunto es algo que se ha hecho ya fastidioso en las bocas de los involucrados, y los no involucrados también. Desde siempre ha existido la crítica del sector afroamericano por lo apartado que se han sentido. Sin embargo, algunas veces se han quedado sin argumentos, como ahora.

En los últimos años, si bien han habido papeles de actores laureados y no tanto por parte de la gente de color, simplemente los blancos han tenido un mejor desempeño, y se puede notar con los lanzamientos de renombre tanto para el público como para la crítica.

El fanatismo se hace evidente, tanto que idealizar sus valores se hace más importante para ellos que la obra en sí. Es como decir que John Boyega no está nominado, por encima de decir que no lo está Star Wars como mejor película. Es como ignorar que, a pesar de todo lo que acusan, no han tenido películas trascendentales para los premios sobre su historia, como Twelve Years a Slave (que ganó mejor película en 2013) o Selma, nominada el año pasado.
                         
Jamie Foxx, ganador del Oscar por su interpretación de Ray Charles, en el 2004.

La comunidad afroamericana está ignorando que han habido actores protagonistas de las películas más taquilleras de la actualidad, que pertenecen a su etnia, como Denzel Washington (quién tuvo reconocimiento especial en el Globo de Oro), Will Smith, Samuel L Jackson o el magno Morgan Freeman.

El hecho de ser negro, no hace que debas ganarte un premio por encima de un blanco que lo ha hecho mejor que tú. Sin embargo, en los Globos de Oro vimos a Will Smith nominado por Concussion (quién por cierto estará en Suicide Squad este año) y a actores latinos llevándose premios como Oscar Isaac y Gael García Bernal.

Los últimos directores laureados han sido mexicanos, Alfonso Cuarón y Alejandro González Inárritu, quién puede repetir como ganador. La inclusión se ha visto también para el sexo, con Neil Patrick Harris y Ellen DeGeneres como últimos presentadores, quienes son abiertamente homosexuales, o a Jared Leto triunfando con un papel de transformista en Dallas Buyers Club, y este año Redmayne lleva la batuta para dicha comunidad por su papel en The Danish Girl.
                      
No es cuestión de ser parte de una comunidad renegada en el pasado, es cuestión de superar dicho complejo para salir adelante y presentar obras que sean de mejor concepto y calidad que otras. Ya los tiempos donde vimos a Sacheen Littlefeather recoger un premio por Marlon Brando en representación de la raza cherokee, han pasado. En muchas ediciones hay representación y homenaje a la gente de color.

En la actualidad, los afroamericanos representan  cada vez mayor protagonismo en todos los sectores audiovisuales influyentes de la sociedad americana, e inclusive del mundo. Seguirse quejando suena a gula, a ceguera. Las victorias llegarán, sí; pero deberían ser por motivos considerables, y no por que la academia dé su brazo a torcer por lástima.

Miguelangel González.
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